Liróforos contra lirófagos, de Saúl Yurkievich
La vanguardia libró sus ofensivas tratando de borrar todo lo legado. Sólo validó un presente versátil, proyectado hacia el futuro. Un presente prospectivo, vector de progreso, cercenado de toda dimensión pretérita. Renegó radicalmente del pasado inmediato sin vislumbrar, como en tantas revoluciones, que todos sus propósitos, que todos sus logros habían germinado poco antes.
Con perspectiva casi secular, podemos hoy restablecer la conexión causal entre modernismo t primera vanguardia, es decir, reconocer a los poetas modernistas su condición de adelantados. A la triada culminante de Vicente Huidobro, César Vallejo y Pablo Neruda contraponemos aquí la delos genitores: Rubén Darío, Leopoldo Lugones y Julio Herrera y Reissig, deseosos de recobrar su desenvoltura, su avidez, su amplitud, ese dominio, esa pericia, esa libertad plenaria que necesitamos restituir a la palabra poética.
Volver a estos patronos es retornar a la fuente de la modernidad. Volver a la escritura polivalente, polimorfa, polifónica de los modernistas es recuperar la inquietud, la fluidez, el dinamismo, la disponibilidad; es devolver a la palabra los plenos poderes; palabra plástica, porosa, palabra conformada pero no conforme; palabra desprejuiciada, sin inhibiciones ni vedas ni censuras.
Palabras más organizada que orgánica
más albañil que albañal
más intencional que instintiva
más engaste que engrase
más empírica que inspirada
más fabril que febril
más operador que médium
más real que realista
más birlibirloque que verismo
más gratuita que utilitaria
más aventura que envergadura
más juglar que evangelista
más vocal que pectoral
más ventrílocuo que ventrículo
más visual que visionaria
más táctil que táctica
más erótica que heroica
más montepío que monumento
más más tentativa que taxativa
más preguntona que predicante
más laberinto que logaritmo
más formal que expresionista
más lima que limo
más alusiva que efusiva
más mester que misterio
más letra que latría
más serenata que sermón
más alegrón que alegato
más algoritmia que alquimia
más confusa que confesa
más precisa que posesa
más contingente que contundente
más crítica que prédica
más charada que charlada
más perceptora que preceptora
más catálogo que decálogo
más prestidigitadora que primogenitora
más plagiaria que plegaria
más farándula que farmacopea
Volver a los modernistas significa rescatar las aptitudes de la fantasía imaginativa y de su ejecutora, la fantasía verbal. Significa liberar al medio de la servidumbre mensajera. Significa superar las limitaciones de la imaginación reproductora, las deficiencias de lo real verificable. Significa romper el cerco de la experiencia fáctica, decir lo posible y lo imposible, decir todo lo decible. Significa trascender el idealismo romántico (texto epifanía) y el determinismo realista (texto documento). Ni numen ni diagnóstico. Ni imposición sacramental ni gravamen testimonial. Significa acabar con la identificación entre estilo y vida (texto autorretrato) para enfrentarse concretamente con los problemas de la representación estética.
Volver a los modernistas significa rehabilitar la fruición de la ficción, readmitir el placer literario, revalidar el hedonismo, la sensualidad, el humor, el juego. Significa no enajenar el poder de transfiguración del objeto artístico por mandato de un utilitarismo pedagógico de escasa eficacia. No someterse a los valores de uso. Desapego del orden fundado en el provecho. Ni salud pública, ni razón de Estado, ni sentido práctico, ni sentido común, ni sentido único. Máxima pluralidad operativa: máxima pluralidad significativa.
Volver a los modernistas significa salvaguardar el recurso a la estilización, a la sublimación, a la libidinación como antídotos contra la existencia alienada, como compensadoras de las restricciones de lo real empírico. Significa alcanzar por el extrañamiento la trascendencia irrealizable en la práctica social, vislumbrar por la utopía la completud que el orden imperante imposibilita. Significa preservar el poder de subversión, la capacidad de recrear imaginativamente la experiencia fáctica. Preservar la gratuidad, lo sorpresivo y sorprendente, la proyección quimérica. Realizar el deseo en la dimensión estética para oponerlo a la represión, a la violencia reductora del mundo factible.
[Tomado de Suma crítica, FCE, México, 1997]
¿Cual seria la relación que estable entre modernismo y primera vanguardia?
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